La superpotencia estadounidense tiene la clave para que se establezca y se posicione en el nuevo Mundo multipolar, capitaneado por un BRICS (Unión y alianza de Países originalmente formados por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), en los que cada vez más formaciones políticas concuerdan con un abandono del patrón dólar, y se suman al patrón oro o metales preciosos, en una maniobra para restablecer la economía sobre un nuevo paradigma.
Otros países más allá de Estados Unidos y UE
Recientemente, el Gobierno de El Salvador ha firmado un tratado para nuevas relaciones en el libre comercio con China, sin obviar que el presidente Salvadoreño, Nayib Bukele, hace ya más de un año fue pionero en utilizar a Bitcoin como moneda nacional. Tras la estela de BRICS, se estarían sumando hasta 12 países más, según declaraciones del presidente Ruso, Vladímir Putin, del tamaño e importancia geopolítica y geoestratégica como Argelia, Argentina, Egipto, Turquía, Indonesia, irán, Arabia Saudí, Emiratos árabes, Qatar o México, gran aliado de Rusia.
En los Países mencionados hay una importante relación con metales preciosos, suministros de gas y petróleo, algunos de ellos directamente relacionados con la Unión Europea, una alianza controlada por la OTAN, cada vez más preocupada por las acciones que se ven obligados a tomar, desde el lado Estadounidense, brazo ejecutor de los mismos, como el conflicto en Ucrania y quién ha subvencionado el suministro militar. Prueba de ello es la visita del canciller Alemán a China para encontrar una solución en este primer punto.
Únicamente con los Países mencionados de la enorme comunidad musulmana, ya supondría un cambio tectónico para la primera potencia Mundial declarada, la prueba fehaciente es que sin aliados, las relaciones comerciales se estrechan, máxime si tu producto monetario es cada vez más inflacionario, y matemáticamente pierde su valor, como las de las divisas que se respaldan en ella.
Pakistán, Venezuela y Vietnam están en la lista de espera de BRICS, con lo que la Unión Europea, liderada por Alemania, debe de tomar una decisión en firme, pues si traduces las sanciones que te obligan a imponer, desde tu mayor aliado, en un efecto “boomerang”, tu obligación es cambiar el rumbo, por qué la precariedad se convierte en un problema social, y el problema social en votos.
Petróleo y gas: claves en las divisas
Si el petróleo y el gas se empiezan a comerciar en una moneda que ya no es ni depende del dólar, supondría una división monetaria a nivel Global, desde la Segunda Guerra Mundial, donde la ONU respaldó su sistema monetario tal y como lo conocemos, basado en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. La hegemonía de las divisas podría decantarse por un nuevo sistema financiero multipolar, donde las decisiones ya no pertenecerían a un solo País.
Si más Países se alinean con BRICS, sin que haya una repercusión a nivel de conflicto militar, como ya ocurrió con la Guerra del Golfo con Sadam Hussein, o el golpe de estado en Libia con Muamar el Gadafi, ambas relacionadas con el petróleo, Estados Unidos tiene la llave para que esta migración sea traumática o no, dependiendo de quien esté finalmente en el despacho Oval, Demócratas o Republicanos, todos sabemos quién ha llevado más veces al conflicto armado a su País y por qué. Igualmente importante que se depuren las elecciones en Brasil (miembro honorífico del BRICS), para no provocar un golpe de estado militar, y verificar el proceso electoral.
El escenario actual se ve inmerso en un cambio de divisa global, respaldada en metales preciosos, y una obligación comercial de trabajar con este nuevo sistema, para que los Países que necesiten suministros de materias primas puedan hacer efectiva dicha relación, en lo que se podría denominar “un nuevo tratado de libre comercio”. Máxima expectación en los resultados electorales de Estados Unidos y Brasil, en los que probablemente la fuerza militar está monitoreando y garantizando que otro fraude electoral no se cometa.