Después de las últimas semanas convulsas del universo crypto se puede instalar en la cabeza de muchos que esto ha sido un bluff. Otra de tantas revoluciones que no ha pasado de unos gritos en la calle.
Mi opinión es totalmente distinta, obviamente no soy objetivo, pero el blockchain y el área que más conozco, el blocktainment, han venido para quedarse.
Entiendo el blocktainment como el entertainment que se puede hacer más eficaz y eficiente gracias al blockchain: los NFTS como una opción para mejorar el storytelling de las marcas y los creadores de valor e incluso para monetizar; los play and earn, los juegos basados en blockchain, una primera forma para las marcas para generar engage con las comunidades. Y, claro, no nos podemos olvidar del metaverso; ese concepto que pasó de la irrelevancia al megahype en 2 semanas.
No existe el metaverso definido y terminado, y mucho menos los metaversos. Es un concepto, una idea, una posibilidad de un mundo virtual con muchos universos (o microversos) interoperables, es decir que puedas trasladarte, tu avatar y todos sus assets, de un universo a otro de forma fácil y eficiente. Por eso no pueden existir los metaversos, a no ser que seamos fans de la teoría de cuerdas.
En cualquier caso, para desgracia de muchos no estamos ahí, ni estaremos a corto plazo. Existen iniciativas muy interesantes para que exista esa interoperabilidad, pero aún no hay standards. No hay audiencias, a veces en Decentraland hay más negocios o marcas que usuarios; imaginaos eso en un centro comercial, sería un drama. Y la experiencia del usuario en entornos web3 son muy malas, por ser suave, desde los bugs, las wallets o lo aburridos que son algunos microversos por falta de continuidad de los operadores. Y sobre todo hay una enorme confusión desde la industria endémica, y no digamos la no endémica, sobre que es metaverso y que no. ¿Es VR/XR o puede funcionar en una pantalla de móvil? ¿Tiene que tener blockchain y ser descentralizado?
Después de este escenario catastrofista, ahora vamos con las buenas noticias. Una encuesta de McKinsey daba de el americano medio le iba a dedicar al metaverso 3,7h al día en 5 años (la GenZ casi 5). Las grandes compañías están todas apostando de alguna forma por web3: sin duda Meta es quizá la más conocida, pero no se quedan de brazos cruzados Google, Apple, Microsoft, Shopify, Coca Cola, BMW, Gucci, Goldman Sachs (aunque después su Presidente diga que esto es el timo de la estampita) entre muchos otros. E incluso países abriendo sus servicios ahí como Dubái o Bermudas. Y cuando tantos millones, energía y reputación están sobre la mesa se avanzará; no sabemos cómo, pero se avanzará.
Pero para mi lo más relevante y que hará triunfar al metaverso con los años es algo que parece un juego de niños: el gaming. Es el principal ocio para las generaciones por debajo de los 30 años, la mitad de la población global juega a videojuegos y es una industria billonaria. Pero lo más interesante es que el gaming ha estado preparando a millones de usuarios para que entren en el metaverso sin despeinarse. Conceptos asentados en el mundo crypto que desde antes del nacimiento de Bitcoin son muy utilizadas por las comunidades gamers. Como las skins (que resumiéndolo mal podemos decir que son NFTs y/o wearables sin blockchain), las guilds (ahora populares para los juegos play and earn), Discord (la herramienta social de los cryptofans, pero que los gamers vienen utilizando desde hace muchos años) o las monedas propias de los videojuegos como los Vbucks o PaVos en Fornite o los Robux en Roblox (que no dejan de ser monedas electrónicas con utilidad y no respaldadas por ningún estado, apuesto que podéis trazar un paralelismo en 2 segundos).
¿Qué nos quiere decir esto? Que los gamers, que llevan entrenándose en estos conceptos muchos años, van a entrar rápido. Son muchos, y en crecimiento.
Una buena teoría de la conspiración diría que ha sido un plan tejido por la malvada industria crypto (o incluso unos señores con puro que a su vez mueven los hilos de esta industria) para prepararlos para que ingresen rápidos y felices en el blockctainment. Lo curioso es que buena parte de la industria y la comunidad gaming está en contra del blockchain, curioso.
En cualquier caso, entrarán pero antes necesitan que los entornos y su experiencia mejore mucho respecto a lo que hay ahora, hoy existen demasiadas fricciones.
Pero y es que, además, no es una evolución de la tecnología, es una super-evolución. El valor de todo lo generado es para el creador. Podríamos poner el ejemplo de creadores de contenido como están a merced de Instagram, de músicos con Spotify, pero si seguimos con los gamers la propuesta de valor cambia dramáticamente, todo lo invertido en tiempo y dinero en un juego, metaverso o NFT aparte de disfrutarlo (premisa básica) lo puedes recuperar a nivel monetario.
Pero ojo, a esto le falta mucho, ahora es el momento de investigar, testar y tener feedback de las comunidades. Si alguien quiere crear un modelo de negocio y que su PNL no esté en rojo en el corto que se espere, si alguien quiere lanzar algo y aprender este es el momento.
Eso ya pasó con internet. Al principio era un horror como usuario y no digamos para los creadores de valor, hubo hype, las posibilidades que hoy conocemos eran inimaginables en 1994, pinchazos de burbujas (¡¡Terra!!). Y después de la correspondiente limpieza hemos seguido usando internet; corrijo, ha sido y es fundamental en nuestras vidas. Eso pasará con el blocktainment y especialmente con el metaverso.
No sabemos cuándo, cómo y hacia donde evolucionará; pero si podemos decir tres cosas: será emocionante, es hoy (para no perder el tren hay que comenzar a moverse ahora) y que habrá multitud de pruebas fallidas. El que quiera seguridad (y cada vez menos retorno) que se quede anclado en la década anterior.