Colombia da pasos decisivos en la regulación sobre criptomonedas
Gabriel Santos, Presidente de Colombia Fintech, Juanita Rodríguez, consultora en ciberseguridad y cripto, y Alejandro Beltrán, country manager de Buda.com en el país sudamericano, se dieron cita en el reciente Blockchain Summit Latam. Los expertos dialogaron sobre la conveniencia de brindar un marco regulatorio al sector, y contaron con la moderación de Mauricio Tovar, CEO de Tropykus.
En efecto, la ordenación de las acciones permite que alcancen su finalidad. Y esto que se cumple en el ámbito de lo humano, abarca por lo mismo al mundo de los negocios.
A juicio de Beltrán, uno de los panelistas más versados en la materia y que ha ido de la mano del Exchange desde 2015 a 2022, la narrativa sobre la funcionalidad de las criptomonedas ha cambiado en más ocasiones de lo que quisiera. Desde una libertad para operar hasta el cierre de cuentas bancarias por el mero empleo de criptos en Colombia. Así, dijo:
“Nosotros empezamos, cuando empezamos a validar el modelo en Buda y trabajamos para validar la normativa desde Chile, el origen de Buda.com. En 2016, establecimos la plataforma en Colombia y buscamos validar el estado normativo, reunirnos con el banco de la República con la superintendencia financiera, y el Banco de la República señaló en ese momento que las criptomonedas no eran su preocupación”.
En 2018, añadió, ocurrió el primer cambio de narrativa gracias al auge de las criptomonedas, y que motivó a que la Superintendencia Financiera comenzará a supervisar las operaciones de esta materia. Beltrán afirma que el exchange sufrió “una persecución sistemática que incluyó el cierre de cuentas personales y familiares, aún en este 2023 algunas de ellas siguen cerradas”.
Panorama actual y perspectivas
Pese a los desafíos de la industria en Colombia, Gabriel Santos considera que son las medidas políticas el cauce para un cambio de perspectivas en el sector. En efecto, sostuvo que cuentan con una industria comprometida y que “con la llegada de personas como Juanita, experimentaron un cambio generacional en los gremios, y de esta manera lograron fomentar una conciencia colectiva en la industria, uniéndose como sector para establecer un diálogo abierto con el sector político del país”. En el mismo sentido, continuó Santos, “Fue notable observar a los congresistas exaltando su soberanía, a pesar de los conceptos negativos que rodeaban el proyecto. En el día del debate, se encontraron en una posición interesante, considerando las posibles salidas y consecuencias del proyecto y, en base a eso, lograron aplazar el debate con la esperanza de que se tomará una decisión que no fuera perjudicial para la industria”, pese al rechazo inicial de más de una entidad estatal. Más tarde, durante una convención bancaria, el Ministerio de Hacienda se mostró interés en una eventual regulación. En efecto, a día de hoy la Superintendencia Financiera elabora un proyecto de ley para presentar al Gobierno y, después, al Congreso.
Rodríguez explicó que gracias a los momentos de negociación, convencimiento y explicación sobre estas tecnologías y sus beneficios en la regulación, se ha creado una conciencia en la industria que facilitará la adopción de la normativa por responder a una misma exigencia del sector.
En el mismo sentido, la consultora en ciberseguridad puso énfasis en que tanto motivación como oportunidad se dieron cita cuando desde su sector y el Congreso comenzó un trabajo más constructivo y colaborativo, lo cual no estuvo exento de desafíos pues “hubo cambio de ministro de hacienda, cambio de Super financiero y nosotros teníamos el tiempo en contra”, señaló.
Asi, Rodríguez señaló la necesidad de plantear un plazo para que tengan lugar los debates del proyecto de ley, de modo que no quedara en el olvido. Con todo, “siempre hubo voluntad de sentarnos con el gobierno y lograr que fuera un proyecto de ley donde todos estuviéramos contentos”. Además, aclaró que, pese a la ausencia de regulación directa de la superintendencia, el organismo proveía ciertas directrices para guiar la regulación.
Entre el optimismo y la moderación: visiones encontradas sobre la nueva regulación
En ese sentido, Rodríguez ve con optimismo la actitud del Ministerio de Hacienda de cara a la futura regulación de las criptomonedas en Colombia. En efecto, Colombia es el decimoquinto país en adopción de criptomonedas “con 26.9 billones de dólares más o menos anuales en volumen de transacciones”. De ahí que promover la confianza en el superintendente financiero sea una postura razonable. Rodríguez, ciertamente, se presentó optimista ante el futuro toda vez que las oportunidades de crecimiento para el país que las criptomonedas ofrecen parecen estar a la vista: “en este momento estoy optimista, espero no estar en un año acá hablando de que estuvimos cerca”.
Un poco más moderado, Beltrán mostró reservas en cuanto a la segregación patrimonial y exigencias regulatorias, pero especialmente “del régimen sancionatorio, que nos va a igualar con una entidad financiera vigilada”. Sin embargo, ello no impidió que manifestará que la evolución actual de la situación “me ha hecho confiar y tener fe nuevamente en el gobierno, pero digamos todavía tengo como ciertas reservas frente al tema”.
Por su parte, Gabriel Santos ofreció su visión sobre la regulación en la industria criptográfica. “El tema del crowdfunding, dijo, es el ejemplo perfecto de una regulación que masacra una industria que tiene un potencial increíble”. De ahí la necesidad de cambios regulatorios serios que conduzcan al fomento de una nueva perspectiva de este mercado y que promueva la innovación y la competencia en el sector financiero. En efecto, Santos ve con buenos ojos la futura regulación que abrirá nuevas puertas para el desarrollo, lo que se traduce en compartir su entusiasmo ante el panorama futuro, pues “yo tengo un deber moral con mis afiliados de no ofrecerles el mercado que tienen sino ofrecerles el mercado que podrían tener”, así como en invitar a pensar “en una habilitación legal para permitir que este tipo de esquemas prevalezcan”.
Se trata, pues, de una oportunidad de oro para que Colombia capte la atención del globo, atraiga inversores y capte expertos en la materia, pues “estamos ante la posibilidad de modernizar” y el “momento es ya, no se me ocurre mejor momento”, finalizó.